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La vitamina C participa en decenas de procesos clave para el correcto funcionamiento de todas las células del cuerpo. La vitamina C es un cofactor de muchas enzimas, lo que significa que participa en una amplia variedad de procesos metabólicos. Tiene un efecto antioxidante muy fuerte. Esto apunta a las posibles propiedades anti-envejecimiento de la vitamina C. Los especialistas también enfatizan el papel clave de la vitamina C en el curso de los procesos inmunológicos, es decir, la inmunidad del cuerpo. Los estudios también han demostrado que el ácido ascórbico permite la síntesis de colágeno, muestra actividad bactericida y participa en la transformación de la tirosina.

El ácido cítrico se encuentra naturalmente en las frutas cítricas, pero también se puede fabricar. El ácido cítrico industrial se produce principalmente por fermentación o por reacción química. Este último método se utiliza en aproximadamente el 90 % de la producción mundial e implica la fermentación con enzimas y cepas microbianas, más comúnmente Aspergillus niger. El ácido cítrico tiene la capacidad de ayudar a estabilizar las emulsiones y previene la separación de grasas. El producto final está disponible en forma de polvo o granulado como ácido cítrico anhidro.

La vitamina C (también conocida como ácido ascórbico o ácido L-ascórbico) es responsable de muchos procesos metabólicos en el cuerpo. Interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, proteínas y grasas, así como en la síntesis de hemoglobina, eritrocitos y determinadas hormonas. La vitamina C existe en forma oxidada o reducida como ácido L-ascórbico. Es muy susceptible a la destrucción, principalmente debido a la luz y el calor.