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Los refrigeradores secos son equipos sencillos y fiables. Su principio de funcionamiento se basa en un intercambio de calor sensible entre aire y agua en el que: el aire es aspirado por ventiladores a través de una batería con aletas, mientras que el agua (o una mezcla de agua y glicol) fluye por los tubos que componen la batería y se enfría cuando el aire ambiente (más frío) roza la superficie de esta última. Serpentines de intercambio, con una disposición en "V" dentro del refrigerador, formados por tubos de cobre y aletas de aluminio. El ángulo entre las baterías, el diámetro de los tubos y el espesor y la longitud de las aletas se dimensionan para garantizar el mejor rendimiento de intercambio térmico, para unas caídas de presión del fluido y del caudal de aire dadas.

Los refrigeradores secos son dispositivos sencillos y fiables. Su principio de funcionamiento se basa en un intercambio de calor sensible entre el aire y el agua: el aire es aspirado por ventiladores a través de una batería aleteada, mientras que el agua (o una mezcla de agua y glicol) fluye a través de los tubos que componen la batería y se enfría cuando el aire ambiente (más frío) toca la superficie de la batería. El agua (o una mezcla de agua y glicol) fluye por los tubos que componen la batería y se enfría cuando el aire ambiente (más frío) toca su superficie. Las aletas se utilizan para aumentar la superficie total de intercambio de calor, de modo que el equipo pueda ser lo más compacto y eficiente posible.