Es necesario explicar que en España se entiende la refrigeración como una parte de la climatización, un concepto más amplio que también engloba los sistemas de calefacción y de regulación de la humedad y la ventilación. Pero la refrigeración puede ser de muchos tipos, desde aquella que se aplica en hogares para el uso diario en los meses de más calor hasta la destinada a mantener espacios industriales a temperaturas de 20 grados bajo cero.

La tecnología de la refrigeración y de los aires acondicionados está tratando de incorporar conceptos de la economía circular para ser más sostenible, un proceso que no está exento de retos pero que es imprescindible para el sector a largo plazo.

Los retos ecológicos de la refrigeración y el aire acondicionado

Como hemos señalado, la refrigeración y el aire acondicionado son sistemas imprescindibles tanto en los hogares como en las empresas. Su fin es conseguir temperaturas confortables en oficinas, hoteles y viviendas privadas. Un paso más allá requieren edificios con otros usos, como los centros de datos o aquellos donde se almacenan productos perecederos, que precisan de una refrigeración constante todo el año. Otros sectores, como el industrial, también tienen unos requisitos específicos de temperatura, y la necesidad de estos equipos se está agravando con el cambio climático.

Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), los equipos de aire acondicionado son los responsables del 20 % del gasto energético de los edificios. Además, la IEA muestra su preocupación por el aumento de las temperaturas, que está disparando la demanda de estos equipos. Los consumidores no suelen decantarse por los sistemas más eficientes, y esto agrava el problema: no podemos olvidar que los equipos de refrigeración colaboran al aumento de las emisiones contaminantes.

El objetivo de IEA es concienciar sobre la importancia de establecer unos estándares de eficiencia más exigentes para los equipos de refrigeración y aire acondicionado. Así, se reducen al mismo tiempo las emisiones, los costes y la necesidad de crear nuevas plantas de energía.

En España, pese a tratarse de un país mediterráneo con veranos calurosos y fuertes olas de calor, los datos de consumo energético dedicado a la refrigeración y el aire acondicionado son bastante positivos. Según un informe del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), organismo perteneciente al Ministerio de Transición Ecológica, “los datos recogidos desde hace más de diez años muestran que el consumo medio anualizado de un hogar [español] es de un 1 % para el aire acondicionado, frente por ejemplo al 27 % de los electrodomésticos o el 40 % de la calefacción”. No obstante, siempre hay margen de mejora.
 


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Objetivo: mejorar la eficiencia energética y de los recursos

El mercado de la climatización y ventilación se esfuerza constantemente por mejorar la eficiencia energética de sus productos. El potencial es grande: para la refrigeración, según el área de aplicación, el tipo de sistema y el tamaño de los equipos actuales, es posible ahorrar hasta un 30 %; y, en el caso de los sistemas de aire acondicionado, la tecnología moderna podría llegar a reducir el consumo en un 70 %.

En definitiva, el gasto varía en función de distintos factores, principalmente del uso que le demos, el tipo de equipo y su eficiencia energética. A nivel individual, se puede ahorrar energía y potenciar la eficiencia de un sistema de aire acondicionado con estas estrategias:
 

  • Utilizar tecnología inteligente de smart homes o domótica, con la que optimizar el uso y el gasto.
  • Colocar el equipo en el lugar adecuado, donde se facilite la circulación del aire.
  • Programar el sistema para evitar picos de consumo y conseguir una temperatura ideal de entre 22 °C y 26 °C, como recomiendan los expertos.
  • Realizar el mantenimiento necesario para sacar el máximo partido del aire acondicionado.
  • Optimizar el aislamiento térmico de la vivienda para no ganar temperatura en los meses de calor.
  • Recurrir a una tarifa eléctrica que se adapte a las necesidades de la vivienda.

A nivel empresarial, todas las organizaciones deben cuestionar sus sistemas de refrigeración para mejorar la eficiencia de los recursos. Hoy en día, se aplican sistemas de monitorización que vigilan continuamente la generación de frío y garantizan la transparencia. De esta manera, las deficiencias y las zonas de mayor consumo de energía pueden identificarse fácilmente y eliminarse u optimizarse de manera específica. También es recomendable acudir a un consultor de energía certificado, que puede identificar oportunidades de optimización que no resultan obvias a simple vista.

La economía circular en tecnología de refrigeración

El enfoque de una economía circular funcional se basa en la reutilización y el procesamiento de materiales y productos existentes, con el fin de lograr un equilibrio medioambiental. En el campo de la tecnología de refrigeración y el aire acondicionado, entran en juego principalmente dos productos: los propios sistemas y los refrigerantes.

En nuestro país, existe ya un concepto de economía circular aplicado a la tecnología de la refrigeración, en parte porque la normativa nacional ha fomentado el desarrollo de la industria hacia un futuro más sostenible. Tanto es así que Susana Rodríguez, presidenta de la Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías (AEFYT), considera que España es “vanguardia en Europa sobre economía circular”. Todo ello, apunta, se debe a “la enorme penalización para España que ha supuesto el GFEI, que desde 2014 grava económicamente a los refrigerantes de alto PCA en España [y] nos ha obligado, con un gran esfuerzo por parte de la industria, a estar muy por delante tanto en reciclaje como en regeneración e implementación de gases fluorados de bajo PCA".

Lo que reclaman estos colectivos profesionales es que se regule para permitir el reciclaje de estos elementos. Rodríguez apunta a que, en el reto de la recuperación y reciclaje de gases fluorados, "lo que no se puede consentir es que recuperar gases resulte más caro que emitirlos a la atmósfera 'por descuido'. En mi opinión, debería premiarse el reciclaje y la recuperación, y que estas acciones no resulten más gravosas que ser respetuoso con el medioambiente".