¿Qué son los combustibles sintéticos?

Los combustibles sintéticos o e-fuels son carburantes líquidos de color amarillento. Se producen a partir de la electricidad y, por tanto, se obtienen con total independencia de los combustibles fósiles. El proceso de producción también se conoce como power-to-liquid. Por regla general, se utiliza agua de mar desalinizada y dióxido de carbono del aire ambiente. En definitiva, se trata de compuestos químicos de carbono e hidrógeno.

Los combustibles sintéticos pueden añadirse a combustibles convencionales como la gasolina o el gasóleo o utilizarse por sí solos. Asimismo, también pueden usarse como combustible para calefacción.
 

Ventajas de los combustibles sintéticos

En comparación con los combustibles que han venido predominando en el mercado hasta hoy, los combustibles sintéticos tienen la gran ventaja de que se producen de forma neutra desde el punto de vista del CO₂. Por lo tanto, pueden contribuir a la descarbonización. La neutralidad climática está garantizada, sobre todo si se utiliza energía verde. Pero, además, tienen propiedades similares a las de la gasolina, el gasóleo o el queroseno. Otra gran ventaja de los e-fuels es que pueden utilizarse en motores de combustión y distribuirse a través de la red de gasolineras existente. De este modo, no sería necesaria la costosa producción de baterías que, por diversos aspectos, tampoco está exenta de polémica.
 

Inconvenientes de los combustibles sintéticos

Sin embargo, existen varias razones por las que el desarrollo de estos carburantes para el mercado sigue planteando ciertas dudas. Las ventajas de los combustibles sintéticos se ven contrarrestadas por una serie de desventajas.

Por ejemplo, un estudio de la Federación Europea de Transporte y Medioambiente, también conocida como T&E por su nombre en inglés, reveló que la combustión de combustibles sintéticos produce tres veces más monóxido de carbono nocivo que la gasolina súper E10 convencional. La emisión de amoníaco, un componente de las partículas, es dos veces mayor. Incluso emitirían casi cinco veces más CO₂ que los eléctricos si la UE suaviza sus planes de exigir que sean neutros en emisiones de carbono, según T&E.

Asimismo, la eficiencia actual de los combustibles sintéticos es muy inferior a la de los sistemas de propulsión alternativos, ya que la conversión de la electricidad en e-fuels conlleva pérdidas de energía. Y la producción mundial de energía renovable tampoco parece que vaya a ser suficiente para garantizar un volumen significativo de vehículos de combustible sintético.
 


Panorama actual de los combustibles sintéticos

En 2024, los combustibles sintéticos siguen siendo un fenómeno de escasa incidencia. Todavía no hay vehículos solo de e-fuel en el mercado, pero tampoco habría suficiente combustible sintético para ellos. En el sector de la logística, estos carburantes no se han llegado casi a considerar. Solo el 5 % de las empresas tiene previsto utilizarlos en un futuro próximo. Incluso en el sector del transporte marítimo, para el que se acordó recientemente una cuota de combustibles sintéticos, son menos del 1 % las empresas que ya los han utilizado.

No obstante, se sigue investigando y trabajando en el desarrollo de combustibles sintéticos y algunos fabricantes de automóviles como Audi y Porsche también los están estudiando. La Fórmula 1 es pionera en este sentido y se ha propuesto utilizar únicamente combustibles sintéticos en sus coches a partir de 2026.
 

El futuro incierto de los combustibles sintéticos

En principio, se había propuesto prohibir los motores de combustión en los coches de nueva fabricación a partir de 2035, pero la realidad es que la decisión no es definitiva. Ahora también está prevista una nueva categoría de vehículos con motores de combustión alimentados exclusivamente con combustibles sintéticos.

De hecho, Repsol ha querido impulsar su producción con una nueva iniciativa para incentivar la recogida de aceite de cocina usado y aprovecharlo para la producción de combustibles sintéticos neutrales. Asimismo, ha anunciado la apertura de un centro en Cartagena para la producción de 250 000 toneladas de combustibles sintéticos, lo que pone de manifiesto la importancia que considera que pueden tener los e-fuels en el futuro.

Sin embargo, según la organización de investigación Concawe el suministro de combustibles sintéticos es crítico: solo el 0,4 % de las necesidades de carburantes para el transporte por carretera podrán cubrirse con combustibles sintéticos en 2030 y solo el 50 % en 2050.

El sector del transporte y, sobre todo, la aviación y la navegación, pueden depender más de los combustibles sintéticos por las dificultades de adoptar alternativas eléctricas. En los camiones, sin embargo, serán menos probables, ya que resultarán más costosos que los eléctricos, al igual que para los turismos, donde es posible que los e-fuels sean un mero complemento a los combustibles tradicionales.