Los túneles de infrarrojos eléctricos o de gas son tan diversos y específicos como las aplicaciones para las que se utilizan. El tratamiento se llama dorar para las cremas, gratinar para los platos preparados, fundir para los quesos (pizzas, croque-monsieur,…), hacer costra para los panes de molde, estofar o asar para las carnes, caramelizar o glasear para los dulces y la pastelería.
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Al igual que nuestros otros túneles de IR, están poco influenciados por las condiciones de trabajo y pueden, gracias a la reacción de sus emisores, corregir la parte convectiva inherente a cualquier túnel de calor. La energía se suministra en el lugar adecuado con la dosis adecuada cuando haga falta.
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Los túneles de pasteurización por infrarrojos transmiten energía útil sin contacto. Gracias a esto, tratan platos de hostelería, alimentos, pasteles, galletas, con o sin envase, en el núcleo o en la superficie, según el tipo de contaminación que se haya sufrido durante el proceso del cliente.
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El tostado y la torrefacción no son sólo algo que se hace con los granos de café, sino también todos los tratamientos que, mediante la acción de tostar un producto, le confieren diferentes cualidades gustativas. Es algo que se hace con la mayoría de los cereales, semillas y frutos secos, pero también podemos mencionar las astillas de madera, el argán, la pasta, el arroz y muchos otros productos alimenticios.
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Están poco influenciados por las condiciones de trabajo y pueden, gracias a la reacción de sus emisores, corregir la parte convectiva inherente a cualquier túnel térmico, lo que los convierte en hornos muy estables. La energía se suministra en el lugar adecuado con la dosis adecuada cuando haga falta. También se denomina horno frío. Evitan el calentamiento innecesario de todo el producto, por lo que son una solución ideal para los productos fríos.
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