La UE acuerda limitar el precio del gas

Tras muchas vacilaciones, la UE ha acordado un tope europeo del precio del gas a finales de 2022 para amortiguar el impacto de la guerra de Ucrania. Según el acuerdo, a partir del 15 de febrero de 2023 sólo se podrá comprar gas en la bolsa de comercio TTF hasta un precio límite de 180 euros por megavatio hora (MWh), pero siempre y cuando no haya una emergencia de gas o se paralice su comercio. Este límite parece casi obsoleto a la vista de los precios a partir de enero de 2023, que se sitúan en niveles anteriores a la guerra, en torno a los 70 euros por MWh - pero en agosto de 2022, el gas se negociaba allí a 350 euros por MWh.

Una emergencia de gas parece ahora descartada para el invierno de 2022/23: las temperaturas han sido demasiado cálidas hasta ahora. Además, se importó bastante más GNL que en años anteriores. El 7 de enero, las instalaciones europeas de almacenamiento de gas estaban llenas en un 83,2%, muy por encima de la norma quinquenal estacional del 70%. Pero nadie se atreve aún a hacer un pronóstico serio de cómo serán las cosas en el próximo invierno.
 


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Preocupación en Alemania: peligra la seguridad del suministro

Algunos países, entre ellos Alemania y los Países Bajos, han expresado su preocupación por la limitación del precio del gas. Temen que, debido al tope de precios, los grandes compradores puedan vender el gas a Asia, por ejemplo, porque allí podrían conseguirse precios más altos. Esto pondría en peligro la seguridad del suministro en Europa. La Asociación de Empresas Municipales (VKU) y la Federación de Industrias Alemanas (BDI) expresaron preocupaciones similares. Si las empresas con gran consumo de gas tuvieran que racionar el combustible, toda la economía europea se paralizaría en el peor de los casos.
 

El freno del Gobierno federal al precio del gas también debería aliviar a las empresas

La limitación europea del precio del gas no debe confundirse con el freno del precio del gas del Gobierno alemán, que entrará en vigor en marzo de 2023, pero que supondrá un alivio retroactivo desde principios de año. Limita el precio del gas para los consumidores a doce céntimos por kilovatio hora (kWh) para cuatro quintas partes de la demanda básica. Lo que se consuma por encima de esa cantidad deberá pagarse al precio de mercado.

Y las empresas también se benefician de esta regulación: muchas pequeñas empresas de los sectores de la artesanía, el comercio, el comercio y los servicios que no consumen mucho gas también se acogen al llamado perfil de carga estándar. La condición para ello es que no superen el límite de consumo de un máximo de 1,5 millones de kilovatios hora de gas al año.

Las empresas industriales con mayor consumo también se verán aliviadas. A partir de enero de 2023, recibirán de sus proveedores el 70% de su consumo de gas natural en 2021 a un precio garantizado de siete céntimos por kilovatio hora. Por el consumo restante, la industria pagará también el precio normal de mercado.

El plan también prevé otras ayudas: Por ejemplo, a las empresas más grandes se les reembolsarán íntegramente los costes adicionales de hasta dos millones de euros, y la mitad hasta cuatro millones de euros. Sin embargo, las condiciones para acogerse a la subvención son aparentemente difíciles de cumplir para muchas pequeñas y medianas empresas, por lo que la ayuda por dificultades económicas no llega a algunas empresas.

Para los consumidores industriales especialmente grandes, con costes adicionales de hasta 150 millones de euros, se aplica una normativa bastante complicada, que también depende de las directrices sobre ayudas de la UE. Por ejemplo, sólo pueden optar a ellas las empresas cuyo beneficio en todo el año 2023 se presume inferior en un 40% o más al de 2021. Y muchas no quieren aventurar tal previsión.
 

Dudas de los economistas

Varios economistas han expresado sus dudas sobre si los miles de millones en ayudas estatales a las grandes empresas industriales tienen sentido. Es de suponer que los precios del gas seguirán siendo altos en los próximos años, y las subvenciones estatales son limitadas. En su lugar, habría que incentivar la transformación de estas empresas para que en el futuro se las arreglen con un menor consumo de energía.